Si has sufrido un ictus…¿qué puede hacer el fisioterapeuta por ti?

Un ictus o accidente cerebrovascular (ACV) es, según la OMS, un signo clínico de trastorno focal de la función cerebral, de rápido desarrollo y origen vascular, y duración superior a 24 horas. En otras palabras, es un trastorno circulatorio cerebral que altera el funcionamiento de una o varias partes del encéfalo, que puede ser de origen isquémico o hemorrágico.

ACV isquémico: está provocado por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo en una de las arteriascerebrales. Son los más frecuentes, en torno a un 80% de los ictus son de origen isquémico.
ACV hemorrágico: se produce por la rotura de un vaso sanguíneo cerebral.

Los síntomas iniciales de un ACV pueden ser: dolor intenso y súbito de cabeza, pérdida de fuerza o sensibilidad en un lado del cuerpo, pérdida de visión, dificultad para hablar o entender, o alteración del equilibrio. Ante un ictus, es importante reconocer cualquiera de estos síntomas y recibir asistencia sanitaria adecuada al origen del ACV en el menor tiempo posible, lo cual disminuirá las posteriores secuelas.

Entre las secuelas más frecuentes tras un ACV a nivel físico destacan:

Hemiplejia/hemiparesia: es la parálisis o debilidad del lado del cuerpo y cara opuesto a la lesión cerebral.
Atonía/espasticidad: lo más frecuente es que tras el ictus el tono muscular disminuya o sea nulo, y posteriormente este puede comenzar a aumentar de forma patológica (llamado entonces espasticidad) caracterizado por una dificultad al estiramiento pasivo del músculo.
Afectación sensibilidad superficial
Térmica, disminuyendo o aumentando la sensibilidad al calor o frío.
Dolorosa, con una hiper o hipoalgesia, es decir, una reacción exagerada o disminuida a un estímulo doloroso.
Táctil: con una disminución(hipoestesia) o aumento(alodinia) patológico de la sensibilidad táctil, es decir, que sienten menos el tacto o que lo interpretan como doloroso cuando no lo es, respectivamente.
Afectación sensibilidad profunda: dificultad para identificar la posición de las extremidades del lado afecto, o copiar la posición con la extremidad contralateral.
Ataxia: trastorno caracterizado por la dificultad en la capacidad de coordinación de movimientos voluntarios.

Todo esto en su conjunto afecta a la marcha, a tareas manuales, a la motricidad fina, a la realización de actividades de la vida diaria, etc. En relación con esto, una adecuada rehabilitación integrada y personalizada de la mano de un fisioterapeuta y en colaboración activa por parte de la persona afectada por el ACV, mejoraría en gran medida dichos déficits, favoreciendo una correcta readaptación y mejorando la calidad de vida.